La Cámara Legislativa del Distrito Federal  la situación de la situación mental del DF, enfocándose en el rol del Instituto de Salud Mental (ISM), a iniciativa de los diputados Arlete Sampaio (PT) y Fábio. Felix (Psol). Los participantes señalaron varios problemas en la atención de la salud mental e informaron de posibles intervenciones en el área del ISM.

Al finalizar el encuentro, Arlete Sampaio anunció que programará una audiencia con el nuevo Secretario de Salud, General Manoel Pafiadache, para exigir más atención a la salud mental, la construcción de cinco nuevos Centros de Atención Psicosocial (CAPs) y 10 comunidades terapéuticas.
Arlete también sugirió la creación de un grupo de trabajo para discutir un rediseño del Instituto, buscando acabar con la casa de tránsito.

El distrito recordó la lucha por la reforma psiquiátrica en Brasil, que buscaba sacar a las personas de los asilos, considerados por los especialistas como un “trato inhumano y destructivo de seres humanos”. Fue en este contexto que, según ella, el entonces presidente José Sarney donó el espacio donde hoy se encuentra el Instituto, en una zona noble y privilegiada. 

En la evaluación del diputado, la estructura actual no puede atender ni el 10% de la demanda de tratamiento de salud mental en el DF, situación que se agravó con la pandemia. Para ella, es necesario fortalecer la red psicosocial, con el aumento del número de CAP y profesionales. Según ella, el DF debería tener 49 CAP, pero solo hay 18, lo que mostraría un “total desprecio por la salud mental, lo que significa desprecio por las personas que necesitan tratamiento”. 

Algunos participantes informaron temores sobre una posible transferencia del área que alberga el ISM a la Secretaría de Turismo. Luciana dos Anjos Claudino, representante de los usuarios del Instituto y quien lleva 19 años en tratamiento en el sitio, dijo estar muy asustada por los rumores de que el Departamento de Turismo quería apoderarse de la zona, y cuestionó que los pacientes y el personal fueran no consultado. Según ella, los pacientes de ninguna manera aceptan la transformación del Instituto en un polo turístico. En la misma línea, la representante de las familias de los pacientes expresó su indignación por lo que denominó una invasión del Instituto por parte de la Dirección de Turismo.