El evento se enmarca en un año especialmente significativo. Este 2025 se conmemora tanto la 30ª edición de la Marcha del Silencio como los 40 años de democracia ininterrumpida en el país.
La Junta realizó un Acto de Homenaje a la Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (FAMIDESA), en reconocimiento a su incansable labor en la búsqueda de memoria, verdad y justicia.
Madres y Familiares se consolidó en 1983, a partir de la articulación de diversos colectivos que, desde fines de los años 70, comenzaron a denunciar las desapariciones forzadas ocurridas durante la dictadura, tanto en Uruguay como en el exilio. Desde entonces, ha sostenido una labor incansable en la búsqueda de verdad y justicia, a través de vías pacíficas y mecanismos institucionales, incluso en contextos de negación e impunidad.
Asistieron al evento varios militantes de organizaciones de DDHH, además de figuras políticas y autoridades, entre ellas el intendente electo Mario Bergara, Graciela Villar y Adriana Barros.
En el evento hicieron uso de la palabra el presidente Claudio Visillac; Reynaldo Louise, presidente de la Comisión de Derechos Humanos; el Intendente Mauricio Zunino; y Silvia Bellizzi, integrante de FAMIDESA. Por el Cuerpo hablaron los ediles Jorge Sartori, Sofía Espillar, Diego Revetria, Ricardo Moreira, Miguel González, Eduardo Luzardo, Fernanda Blanco, Eduardo García y Sergio Miraballes.
Visillac abrió el acto reafirmando el compromiso de la Junta con la memoria y la democracia, y destacó que ese compromiso ha guiado de forma sostenida e integral el accionar institucional durante todo el quinquenio: “el defender la memoria fortalece a la ciudadanía y a la democracia”. A su vez, aclaró que no se trata de la impronta de una presidencia en particular sino de una construcción colectiva. Entre los hitos de esta legislatura recordó la declaración de 2023 como el “Año de la Democracia; Nunca Más Terrorismo de Estado”, la participación en la conformación del Sistema Departamental de Sitios de la Memoria, el impulso del nomenclátor como sostén de la memoria colectiva a través de la denominación, por ejemplo, de la Plaza Óscar Tassino y el reciente respaldo a la creación de la Biblioteca de la Memoria en el Museo de la Memoria, donde la Junta sesionó el pasado jueves, entre otras.
Reynaldo Louise destacó el valor de la lucha de Madres y Familiares y la definió como “una mezcla inquebrantable de amor y coraje” para no aceptar “la desaparición como destino, ni el silencio como condena”, en alusión a la 30ª Marcha del Silencio, y el largo camino recorrido por esta organización.
Louise también tuvo palabras para quienes ya no están físicamente presentes, “pero fueron y siguen siendo parte esencial de esta causa; homenajeamos a los que hoy nos acompañan, pero también abrazamos en la memoria colectiva a las que ya no están”.
Por su parte, Blanco destacó especialmente la figura de Luisa Cuesta en tanto faro ético y de convicción, entendiéndola como una mujer que sostuvo que la memoria se construye desde el amor y la constancia.
Sartori destacó el papel central que han asumido los jóvenes en las recientes ediciones de la Marcha del Silencio. Para él, esta participación no solo asegura la continuidad de una memoria activa, sino que también refleja una apropiación genuina de los valores democráticos, subrayando esa conciencia joven como un firme pilar contra la impunidad.
Seguidamente, Miraballes recordó la resiliencia de Madres y Familiares incluso durante la pandemia, cuando “las huellas blancas” sustituyeron los cuerpos en 18 de Julio, y subrayó la fuerza simbólica de una consigna que sigue creciendo en participación. Cerró con un reconocimiento generacional: “la democracia no volvió sola; volvió porque ustedes, los de pelo gris, lucharon hasta devolvérnosla”.
Sofía Espillar trazó un vínculo emotivo y político entre la lucha de Madres y Familiares y el compromiso profundo del pueblo uruguayo por la causa. Evocó en su oratoria a quienes militaban por “la pública felicidad”, reclamando memoria activa y justicia real frente al horror del terrorismo de Estado.
Los ediles González y Moreira señalaron que la democracia uruguaya aún mantiene una deuda dolorosa con los detenidos desaparecidos y sus familias. González recordó que el terrorismo de Estado “nos debe 197 compañeros”, y que el homenaje no debe limitarse a palabras sino traducirse en un compromiso activo. En esa misma línea, Moreira habló desde la “vergüenza” por no haber logrado saldar esa herida abierta, pero también desde la esperanza, para finalmente renovar el compromiso de seguir luchando.
El intendente Zunino reconoció la necesidad de profundizar en la búsqueda de los desaparecidos y en las investigaciones pendientes, incluyendo en cuarteles, e insistió con que siempre se puede hacer más. Destacó el ejemplo de figuras como María Bellizzi, a quien alude como símbolo de la persistencia y dignidad de la lucha de Madres y Familiares.
Hacia el final del evento, se hizo entrega de una plaqueta en reconocimiento a FAMIDESA y al aniversario de la 30ª Marcha del Silencio.
En la mesa de presidencia de la sala, por la asociación estaban Milka González de Pietro y Silvia Bellizzi. Milka es madre de Rubén Prieto, uruguayo desaparecido el 30 de septiembre de 1976 en Buenos Aires. Silvia es hija de María Bellizzi, otra de las fundadoras, y hermana de Andrés Humberto Domingo Bellizzi, desaparecido en abril de 1977. Silvia evocó a quienes iniciaron este camino, recordando especialmente a su madre y a otras referentes históricas: “también está presente Ramona, también está Albita y están todos aquellos y aquellas que empezaron esta lucha, madres y familiares”. Agradeció el gesto institucional de la Junta y el compromiso asumido por los presentes, pero también reafirmó que la búsqueda continúa: “todavía tenemos que seguir arrancando la verdad; esa verdad que ha sido oculta (…) y es que es injusto que hace 50 años que no estén nuestros compañeros”. Silvia culminó su oratoria afirmando que “la verdad da libertad”.
