A 50 años del Golpe de Estado en Uruguay y del inicio de la histórica Huelga General, se inauguró el Memorial en reconocimiento a las ex presas políticas de nuestro país durante el período del terrorismo de Estado.
Sucedió ante una multitud congregada en la Plaza Julia Arévalo, ubicada frente al Palacio Legislativo en la calle Colombia casi Av. Agraciada.
El diseño del memorial surgió de un concurso en el que participaron 26 equipos liderados por mujeres, impulsado por la Intendencia y el Colectivo de ex presas políticas de Uruguay y Crysol, con auspicio de la Junta Departamental, la Facultad de Arquitectura, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay y la Universidad de la República. El monumento seleccionado fue el correspondiente al equipo integrado por María Victoria Steglich Crosa, Facundo Álvarez Ott, Martín Mitropulos Miceli, Martín Balmori Amoedo y Diego García da Rosa Costanzo. Este equipo ganador explica que el monumento pone en el centro los vínculos afectivos en todas sus dimensiones, como la “herramienta más poderosa” para enfrentar la adversidad, aludiendo a los vínculos que se crearon entre las ex presas políticas y la sororidad que desarrollaron, pero también los que ellas generaron afuera para reconstruir sus vidas y transmitir la memoria.
Esos vínculos se traducen de forma material en “la ronda”, una circunferencia de gran tamaño con 20 pilares, con placas metálicas que contienen los nombres de más de mil setecientas presas, colocándolas como personajes principales de nuestra historia. Se trata de mujeres militantes sociales, sindicales y políticas de todo el país, perseguidas, secuestradas, detenidas, torturadas, violentadas, desaparecidas y asesinadas durante el período comprendido entre los años 1968 y 1985.
El evento tuvo una apertura musical a cargo de la Orquesta Sinfónica de Montevideo, que interpretó el Himno Nacional. Luego la artista uruguaya Papina de Palma cantó su canción “La memoria”, a la que siguió la cantante Diane Denoir, quien interpretó “Como un pájaro libre”.
Mauricio Ubal y Rubén Olviera cantaron “A redoblar”, que junto con el tema interpretado por Denoir fueron símbolo de resistencia por las presas dentro de las cárceles.
Seguidamente, varias integrantes de este colectivo pasaron al escenario a hacer uso de la palabra.
“Este espacio representa a todas las mujeres que luchamos contra la actuación ilegítima y el terrorismo de Estado: las que fuimos detenidas, las que fuimos exiliadas, las clandestinas, las asesinadas y desaparecidas”, dijo una de ellas, agregando que el equipo que diseñó este memorial supo interpretar perfectamente sus experiencias y sus sentimientos, con el círculo del memorial que representa “ese abrazo que es un lugar de encuentro, de reflexión, símbolo de volver a empezar y de contener”.
“Con este memorial estamos reconquistando el espacio público de la ciudad, frente al Palacio Legislativo, el mismo que un día como hoy hace 50 años fue avasallado por el golpe de Estado”, comentó otra.
Las integrantes de Crysol dicen a viva voz que las presas políticas fueron reprimidas por su doble condición: de mujeres y luchadoras (sociales, gremiales y políticas), roles que hasta el momento “no han sido reconocidos debidamente ni por la sociedad ni por el Estado”.
Debido a esos roles, “los militares se ensañaron con nosotras, ya que para ellos habíamos dejado de lado el lugar que la sociedad nos había asignado de madres, esposas y guardianas del hogar”, agregaron.
“En la cárcel las mujeres compartimos momentos difíciles, pero también alegrías y afectos, unidas siempre y firmes en nuestras convicciones. Crecimos a pesar de la represión, nos reímos, cantamos, estudiamos, nos fuimos ni somos heroínas, somos mujeres políticas y luchadoras sociales”, sentenció otra de ellas.
Luego, las oradoras bajaron del escenario y dieron lugar al discurso a cargo de Nélida “Chela” Fontora, también integrante de este colectivo, quien dijo que las mujeres uruguayas “supimos ser parte de todos los frentes desde diferentes roles y lugares, en todo el proceso del pasado reciente jugamos un papel decisivo, fuimos detenidas, desaparecidas, asesinadas, parimos en las cárceles y nos hicieron abortar por la tortura”.
Chela valoró el rol de las familias de las presas durante el cautiverio, especialmente de los hijos e hijas. “Acompañaron nuestros dolores y nuestra rebeldía”, dijo.
Antes del momento de corte de cinta, la intendenta Carolina Cosse pasó al escenario a realizar una breve oratoria, en la que valoró que ese espacio tan simbólico esté ahora ocupado por una intervención pensada colectivamente, y llamó a continuar construyendo espacios como este en la ciudad. Sobre eso, anunció la creación de una Ruta de Memoria en Montevideo.
